La vía biliar es un conjunto de ductos intra y extrahepáticos por los que discurre la bilis producida en el higado hasta desembocar por una papila en el inicio del intestino.
Cada porción hepática tiene su conducto biliar (derecho e izquierdo); ambos se funden en un conducto hepático común, que se une al conducto cístico (procedente de la vesícula biliar) para formar el conducto colédoco, encargado de llevar la bilis hasta la porción descendente del duodeno.
Si la bilis no tiene un pasaje adecuado hacia el intestino, ésta se acumula en los conductos biliares intrahepáticos.
Una vez que la bilis está en el torrente sanguíneo, se transporta alrededor de diversos órganos del cuerpo. La bilirrubina contenida en la bilis tiene un color amarillo, lo que lleva la piel de la persona, la esclera de los ojos y las membranas mucosas a ponerse amarillas también.
La piel amarilla y los ojos son el síntoma más evidente de la ictericia obstructiva. Otros síntomas incluyen orina oscura, dolor en el abdomen y heces de color claro. A medida la obstrucción se hace más severa, puede haber fiebre, dolor abdominal severo o hinchazón y náuseas.
Es el primer paso de todo Drenaje Biliar, con la finalidad de tener una clara visión de la anatomía del árbol biliar, se ingresa a un conducto de la vía biliar con una aguja muy delgada.
A través de la aguja se inyecta sustancia de contraste, lo que permitirá evaluar la vía biliar en su totalidad, identificando el tipo, nivel y causa de obstrucción que se presenta.
Es un procedimiento muy útil para el tratamiento de aquellas obstrucciones que impiden el pasaje del flujo normal de la bilis hacia el duodeno.
Una vez identificado el problema, se procederá a patentizar la vía biliar obstruida con un catéter para así recuperar la funcionabilidad de los conductos que transportan la bilis y permitir un adecuado flujo de esta.
El catéter de Drenaje tiene orificios en su porción distal que está ubicado en la vía biliar que permite el paso de la bilis a través de ella. El catéter se conecta a una bolsa de Drenaje.
Se recomienda un periodo de drenaje externo previo a cualquier procedimiento percutáneo que se vaya a realizar en la vía biliar (Colangioplastía Percutánea, Colocación de Endoprótesis/ Stent Biliar, etc.).
Consiste en la colocación percutánea de un catéter en la vía biliar, eliminándose la bilis hacia una bolsa colectora externa, resolviendo de esta manera la ictericia y el cuadro infeccioso en estos pacientes.
Si la obstrucción es por colangitis, ictericia obstructiva por lesiones benignas (cálculos biliares) o malignas (tumores como colangiocarcinoma, tumor de klatskin), así como estenosis de anastomosis bilioentérica.
Es ideal en los pacientes con obstrucción benigna o maligna de las vías biliares, en los que no se les puede ofrecer una alternativa quirúrgica.
Si se logra pasar la obstrucción y llegar hacia el duodeno, se coloca un catéter especial con dos áreas de orificios (unos en la vía biliar, y los otros en el intestino) para que pase la bilis de la vía biliar al intestino, y no hacer uso de la bolsa de drenaje.De esta forma se resuelve el problema obstructivo y se deja que la bilis actúe en su función digestiva, evitando los problemas de deshidratación por la pérdida de electrolitos.
Muchas veces es necesario que quede conectado el catéter a la bolsa de drenaje, por lo que parte de la bilis sale al exterior, y parte vá hacia el intestino, cumpliendo su función.